lunes, 23 de marzo de 2015

La coccidiosis

   Introducción
   La coccidiosis es una de las enfermedades de pájaros de jaula mejor conocidas desde hace mucho tiempo, por afectar a gran variedad de especies de aves. Sin embargo, y sorprendentemente, aún supone un difícil desafío para muchos ornitófilos, tanto en cuanto afecta a la diagnosis, como a su correspondiente tratamiento.
   Muy frecuentemente, esta dificultad radica en el error de equipara la coccidiosis que afecta a los pájaros de jaula, a la sufrida por las aves de corral, tales como polos, pavos, faisanes, etc., sin considerar las diferencias anatómicas, fisiológicas, de crianza o la distinta finalidad que existe entre ambos grupos de aves. Y es que los coccidios responsables de la enfermedad en las aves de jaula, presentan características sustancialmente distintas a los que afectan a los que atacan a la avicultura de corral.

   ¿Qué son los coccidios?
   Bajo el término genérico de "coccidios" entran los parásitos unicelulares pertenecientes al orden de los protozoos. Los coccidios pueden observarse, en forma vegetativa, localizada en las células del organismo animal parasitado, o en forma quística de resistencia, llamada ooquistes, persistentes en ambientes exógenos, ya que son eliminados a través de los excrementos del sujeto huésped. En el interior del ooquiste se hallan presentes otras estructuras, llamadas esporoquistes, que contienen los elementos infectantes, llamados esporozoítos. Las pequeñisimas dimensiones de los ooquistes (20-25 micras), solo permiten observarlos a través del microscopio.


   ¿Qué pájaros están más expuestos a infecciones por coccidiosis?
    Entre las especies de aves de jaula más frecuentemente afectadas por infección de coccidios figuran los fringílidos, los estríldidos, los estúrnidos y los tucanes. Entre los psitácidos, sólo unas pocas especies son víctimas de la coccidiosis, entre las uqe se encuentran, especialmente, los lorícolos, loris y loritos y, ocasionalmente, el periquito ondulado. Del conjunto de familias de aves mencionadas se aprecia una mayor predisposición a la enfermedad, en varias razas de fringílidos, ya sean indígenas (jilguero, verderón), o exóticos (carduelis sudamericanos, especialmente), además del canario.

   ¿Infectan al pollo de carne los mismos coccidios?
    No. El pollo de carne, al igual que otras gallináceas, es parasitado por coccidios del género Elimeria mientras que, salvo raras excepciones, los pájaros incluidos en las familias mencionadas, son atacados por coccidios del género Isospora. La diferencia existente entre ambos géneros es visible con claridad en el microscopio al observar los ooquistes: los del género Eimeria contienen cuatro esporoquistes, cada uno de los cuales hospeda a dos esporozoítos.

   ¿Puede entonces el canario transmitir sus coccidios al jilguero, toda vez que ambas especies son atacadas por los mismos del género Isospora?
   No. Los coccidios son parásitos totalmente intransferibles. Esto significa que las isosporas del canario no causan enfermedad en el jilguero y viceversa. Esta misma peculariedad se da también para las otras especies de aves, por lo que no resulta extraño observar en los aviarios que albergan distintas especies de fringílidos o estríldidos, que sólo algunas de ella son atacadas de coccidiosis, mientas que otras no se enferman. En ciertos casos pueden darse infecciones cruzadas entre especies muy similares, pero generalmente, tales infecciones se presentan de forma asintomática, no constituyendo, por tanto , una enfermedad propiamente dicha, ya que son autolimitantes.

   ¿Como se contrae la infección?
   Los pájaros se infectan al ingerir los ooquistes de los coccidios eliminados por los excrementos de otros sujetos ya infectados, como hemos dicho. Para que los ooquistes puedan infectar, es preciso que exista un medio exógeno durante un tiempo suficiente para que se desarrolle la "esporulación", es decir, la maduración de las esporas por medio de la formación de los esporoquistes, así como los correspondientes esporozoítos en ellos incluidos.
  Los ooquistes recién eliminados con las heces no son, pues, infectantes, pero si llegarán a serlo tras un periodo de tiempo que oscila entre las 48 y las 72 horas. En tanto que en ambientes fríos este periodo puede ser mayor, bajo condiciones ambientales especialmente favorables de climas cálidos y húmedos, el tiempo de esporulación puede reducrise a sólo 24 horas. Por esta razón se aconseja, durante los tratamientos contra coccidios, preoceder a la limpieza diaria del fondo de la jaula y de su correspondiente rejilla, de forma que pueda evitarse que los ooquistes expulsados con los excrementos encuentren medio de esporular y de provocar infecciones.
  Una vez en el interior del intestino del pájaro, los esporozoítos, ya liberados de la envoltura quística, penetran en las células epiteliales del intestino y, a través de varios ciclos de multiplicación, generan una descendencia que posteriormente podrá parasitar otras células intestinales. Al término de estos ciclos reproductivos, llegan a formarse unos cuerpos elementales, llamados gametocitos, de cuya unión surgen los ooquistes, los cuales irán siendo sucesivamente expulsados al exterior junto con las heces.

   ¿Cómo son los síntomas de la coccidiosis? 
   En la forma clásica de coccidiosis se dan,  principalmente, lesiones intestinales, a causa de localizarse los parásitos en estos órganos. Los pájaros enfermos presentan un aumento del volumen del abdomen, que podrá aparecer enrojecido,  con evidente agitamiento intestinal.  Los excrementos son abundantes, blandos, o enteramente diarreicos, con presencia de mucosa y/o sangre. El pájaro afectados de coccidiosis, generalmente, se muestra más bien glotón, centrándose especialmente en la consumición de semillas o alimentos energéticos y de mallor grasa. Pese al aumentó de apetito del pajaro enfermo, se muestra un adelgazamiento progresivo, puesto que las lesiones intestinales producidas por los coccidios, no permiten que el intestino pueda asimilar las sustancias nutritivas. Cuanto queda dicho es válido para la forma clásica intestinalintestinal.

   ¿Existen entonces otras formas de coccidiosis?
   Si.  Algunos coccidios se caracterizan por tener un ciclo biológico diferente, con una localización de los parásitos en otros órganos distintos a los intestinos. Para estos coccidios solemos usar el nombre de Atoxoplasmas y a la enfermedad se le llama "atoxoplasmosis". Los coccidios del género Atoxoplasma (anteriormente incluidos en el género Lankesterella) son morfológicamente indistinguibles de las isosporas, pero después de una inicial localización intestinal, alcanzan otros órganos a través del torrente sanguíneo en el interior de los linfocitos, tales como el hígado, el brazo, el corazón, los músculos y el cerebro.
  Cuando la infección alcanza varios órganos, la evolución de la enfermedad se agrava, los síntomas se hacen más evidentes y se eleva la mortalidad. A las lesiones intestinales se suman las de los otros órganos afectados, por lo que, además de la inflamación y enrojecimiento abdominal, resulta fácil de observar, también a nivel del abdomen, una amplia mancha oscura que corresponde a la zona del hígado, que aumenta de tamaño. El sujeto enfermo aparece somnoliento y con el plumaje desaliñado; balanceo, torcimiento de cuello y dificultad para permanecer en el posadero son los síntomas visibles, en caso de que el parásito se haya alojado en el cerebro. Si la enfermedad golpea a las hembras durante la puesta, puede ocurrir una retención del huevo, con frecuentes fallecimientos sobre el propio nido. 

   Hemos oído hablar de coccidiosis cecal del canario, ¿qué es esto?
   La coccidiosis cecal es, con toda probabilidad, la forma más grave de coccidiosis del pollo de carne y es provocada por coccidios de la especie Eimeria tenella. Este parásito se localiza en los intestinos ciegos del pollo, causándole graves lesiones hemorrágicas. No es correcto hablar de coccidiosis cecal en el canario, ya que este pájaro, como ocurre en la inmensa mayoriá de los pájaros de jauna, no tiene intestinos ciegos. !Este es un ejemplo típico de cómo, a través del error, la ignorancia y el desconocimiento de las nociones más elementales de la anatomía comparada, suele transferirse íntegramente a los canarios, y a otros fringílidos, la problemática de los pollos de carne!.

   ¿Cómo se puede diagnosticar con seguridad la coccidiosis?
   Los síntomas clínicos pueden ofrecernos una orientación aproximada, pero por sí mismos no bastan para llegar a la diagnosis correcta, incluyendo la necroscopia. Un simple examen parasitológico de los excrementos (mejor aún si le precede una completa preparación), permite observar al microscopio (con 100 aumentos es suficiente) la presencia de ooquistes de coccidios en las heces, lo que nos indica que el animal está infectado. Es preciso extraer muestras de los excrementos expulsados a lo lardo de todo el día, pues en muchas especies la eliminación de ooquiestes en los excrementos no es constante, sino que se produce a determinadas horas del día, generalmente a última hora de la mañana o en las primeras horas de la tarde. No obstante, la presencia de ooquistes nos indica que el animal está "infectado", mas no necesariamente "enfermo", pues no resulta raro ver pajaros portadores, sanos de coccidios. Sin embargo, tales sujetos diseminan coccidios en el ambiente, pudiendo contagiar a otros individuos de la misma especie, más sensibles. En casos de atoxoplasmosis, se obsevan lesiones tipicas en hígado y bazo, y la muestra de una pequeña sección de estos órganos permite, a través de un examen microscópico (coloreándolos correctamente), determinar la inclusión de tales parásitos en el citoplasma de linfocitos y de macrófagos.   

   Según la edad, ¿qué pájaros son más propensos a la coccidiosis?
   Los pájaros noveles, ya destetados y hasta la primera muda, son especialmente vulnerables, debido a que su sistema inmunológico aún no está desarrollado completamente y porque el estrés de la muda reduce considerablemente sus defensas. Desde este punto de vista, cualquier situación estresante puede activar una infección por coccidios que se halle en estado latente, trasformándose en una coccidiosis clínica. La mayor virulencia de los coccidios del género Atoxoplasma aumenta la capacidad receptiva de la infección, por lo que no es raro que también sean afectados ejemplares adultos, especialmente si se encuentran en condiciones de "estrés fisiológico", como es el periodo de reproducción.  

   ¿Cómo se cura esta enfermedad?
   Los fármacos que mejor responden para un tratamiento de coccidiosis son, hasta el momento, el toltrazuril ( Baycox ) y la sulfaclorpiridacina. Es aconsejable suministrar estos medicamentos en dos ciclos de 5 días cada uno, con intervalos de descanso de otros 2, en dosis de 250/300 mg/litro, en el agua de bebida. En los casos de Atoxoplasmosis, se pueden usar los mismos medicamentos, pero teniendo en cuenta que aquí la infección ofrece mayor resistencia al tratamiento, por lo que es conveniente prolongarlo más de dos ciclos.
   Los fármacos a base de sulfamidas, furánicos y tetraciclina (a menudo tan usados en la coccidiosis de los pollos), frecuentemente también son empleados por los criadores de pájaros, dado su fácil encuentro en pajarerías, pudiendo servir de alguna ayuda para tratar leves coccidiosis intestinales del canario. Sin embargo, estos fármacos no son aconsejables en otros fringílidos ya que, casi siempre, resultan coccidiostáticos, interrumpiendo, sólo temporalmente (mientras dura el tratamiento), la multiplicación de los coccidios.

   ¿Por qué se utilizan los ciccidiostáticos en los pollos de carne y no en los pájaros de jaula?
   Evidentemente que en el pollo de carne se mantiene la presencia de un limitado número de coccidios en el intestino, con el fin de estimular cierta inmunidad contra la infección. Pero hay que pensar que el pollo de carne tiene una vida muy corta (aproximadamente 50 días) y que al estar destinado a la alimentación humana, se precisan continuos e imprevisibles tratamientos con fármacos más potentes. Si se pretendiese mantener controlado un cierto número de coccidios en un criadero de fringílidos o de otros pájaros, se estará exponiendo a estas aves al riesgo de desarrollar la enfermedad, en cuyo caso, cualquier situación estresante podría debilitar su sistema inmunológico. 

   ¿Es conveniente llevar a cabo tratamientos "preventivos" contra la coccidiosis?
   Algunos laboratorios fabricantes de fármacos con fines ornitológicos invitan a utilizar, de forma periódica, productos contra la coccidiosis, con el fin de prevenir la enfermedad. En realidad, no es aconsejable mantener tal costumbre porque los tratamientos contra la este mal deben aplicarse tan sólo en casos de auténtica necesidad, es decir, en casos de diagnosis ciertas de coccidiosis, con el fin de no correr riesgos innecesarios de intoxicación de los pájaros con unos medicamentos que, como quiera que sea, presentan cierto grado de toxicidad. Naturalmente, que los fármacos contra la coccidiosis no tienen efecto alguno como vacuna.

   ¿Existen vacunas contra la coccidiosis?
   Mientras que en el pollo de carne se han preparado vacunas que previenen la coccidiosisis, tal previsión, por el momento, es difícilmente factible para los pájaros de jaula, especialmente por motivos económicos; hará falta preparar deferentes vacunas para cada especie, ya que son tantas como especies de pájaros de jaula como cepas de coccidios que las parasitan.

   ¿Cómo se previene el contagio?
   La coccidiosis puede prevenirse fácilmente, sobre todo sometiendo a cuarentena los pájaros recién adquiridos y tratándolos oportunamente en el caso de que diesen positivo en un examen parasitológico de excrementos. Es bueno hacerles este examen, tanto al comienzo de la cuarentena, como al final, pues los pájaros recientemente adquiridos podrían haber sido tratados con sulfamidas en el período inmediatamente anterior a la compra y en el examen darían, invariablemente, negativo. Se aconseja, pues, hacerles un control parasitológico al menos durante un mes antes de la reproducción, así como en el momento de la muda de los jóvenes. Una rejilla sobre el fondo de la jaula, que impida el contacto de los pájaros con sus propios excrementos, limita la posibilidad de contagio, en caso de que existan coccidios en algún ejemplar.
  Algún problema añadido presentan los indígenas criados en voladeras al aire libre, ya que podrían entrar en contacto con sus congéneres libres, los cuales siempre albergan, de forma permanente, coccidios en su intestino. 

 
Fuente: revista pájaros n• 2

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